! Yo tengo la verdad !
Es una de las frases favoritas que pregonan todas las religiones, este tipo de pensamiento un poco sectario nos cierra las puertas al análisis y tolerancia de otras «verdades». Einstein escribió de la relatividad, cada punto de vista puede ser valido depende del ojo con el que se mire.
El Filósofo griego Sócrates, considerado uno de los más grandes de la filosofía occidental y universal, después de tantos conocimientos y planteamientos intelectuales se inmortaliza con su conocida frase:
«Yo sólo sé que no sé nada»
Que quiero decir con esto, muchas veces nos encerramos en nuestra propia razón, polemizamos con todo el mundo defendiendo nuestro pobre y escuálido argumento, que de cierto pudiera tener con suerte un 5%, terminamos pareciendo caballos con anteojeras, tercos en defender a capa y espada nuestra única verdad que vemos al frente sin poder mirar para los lados.
La mejor manera de ganar una discusión es evitándola.
Con este pensamiento ganaremos mucho terreno en algo muy importante que es aprendizaje, cuando usted pretende ser el más «inteligente» usted ha llegado a la cima de la estupidez.
Honestamente no creo que usted o yo seamos más inteligentes que Sócrates, y este dice que solo sabe que no sabe nada, así que hagamos un cálculo de cuanto podemos llegar a tener de razón en todo lo que pensamos.
Este tipo de pensamiento nos lleva a un camino de humildad y por tanto de tolerancia con nuestro prójimo.
Debemos estar más prestos a escuchar que a hablar como locos hiriendo el orgullo de los demás, cuando alguien nos habla, él se imagina que le estamos poniendo atención y la mayoría de veces mientras nuestro interlocutor hace su mejor esfuerzo por exponer algo que para él es importante nosotros estamos pensando en que vamos a responder para mostrarnos más “sabios” e intelectuales.
¿Y si yo verdaderamente tengo la razón?
Que me imagino que será casi siempre; después de escuchar sincera e interesadamente a la persona con la cual estamos hablando, podemos seguir haciendo gala de nuestra humildad y decir por ejemplo: “entiendo, es probable que yo esté equivocado, examinemos juntos los planteamientos”
Con este ejercicio, cada vez nos fortalecemos en aprendizaje y humildad, todo el mundo tiene algo que enseñarnos en cualquier área de conocimiento, pero es importante derribar esas murallas de nuestro ego y ser humildes en aprender.
Como bien reza el dicho:
“lo importante no es saber, sino tener el número de teléfono del que sabe”
DS